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jueves, 20 de febrero de 2014

24 horas no son suficientes.

La vida nos presiona a adaptarnos a su ritmo frenético. Vivimos limitados por el paso del movimiento acompasado de dos manivelas que nos nos dejan respirar. 
Pasamos los días pensando en el mañana, en nuestro futuro, en el dinero, en nuestro trabajo ideal, en si lo encontraremos, en la programación de la televisión, en los políticos, en el tráfico, en las rutas más cortas hacia quién sabe dónde... Gastamos nuestro tiempo libre preguntándonos sobre nuestros defectos, en si deberíamos ir más al gimnasio, hacer dieta, adelgazar, tonificar, en si empezamos a notar el paso del tiempo, en si va a hacer sol o lluvia mañana. 
Hemos perdido el norte. Nos hemos vuelto locos; esclavos del tiempo. 
Esclavos del tic-tac acompasado.  


jueves, 4 de octubre de 2012

Mon paradis secret.

Después de mucho tiempo regreso, a mi extraño paraíso, del que he intentado huir todo este tiempo. Otra vez me encuentro aquí, ahogando mis penas en papel virtual...
Huyes y te cobijas en esa felicidad engañosa del consumo, en la euforia del momento, pero todo vuelve... 

Hola Infelicidad, hacía ya tiempo que no me visitabas, había llegado a creer que te habías marchado de mi vida y por fin no volverías. Hola Vacío, pensaba que podría llenarte de sensaciones, de vicios y de un nuevo sol. 
Ya han vuelto vuestros síntomas: lágrimas en los ojos, dolor de corazón y esa extraña sensación de no sentir...  

Ya veo; vuelvo a estar infesta de mi propia enfermedad.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Je sais que c'est dur c'est dur d'être toi.

Me dejas parada, como un tren que llega a su destino, totalmente sola, impotente y con la palabra en la boca, y te llevas mi corazón contigo. 
Esas dulces palabras que deberían saber a cielo, pero que, gracias a ti, tienen sabor a veneno. Si supieras lo que siento, si me entendieras, si te pararas a leer lo que dice mi mirada, si pudieras leer mi mente, te darías cuenta de lo patética que soy: soñando que lo que deseo se puede hacer realidad.
Cuando mis ojos se posan en los tuyos, una sonrisa burlona se dibuja en tu cara, dejando paso a la sonrisa más dolorosa y cruel. No se puede volver el tiempo atrás. Mi razón no hace más que decirme “olvídalo”, pero mi corazón no puede. 



Tú me provocaste, me heriste, me desordenaste y ahora lucho una batalla que no podré ganar.