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miércoles, 23 de febrero de 2011

le pire n'est pas de ne pas être aimé, de ne pas pouvoir être aimé ; le pire est de ne pas pouvoir aimer.





Aún siento su perfume. 
Y puedo ver su sonrisa, la sonrisa que esbozó mientras nos besábamos. 
Esos besos que me hacían recordar... 
Y a ésas tardes donde todo era eterno
Donde su confusión no existía, y ni siquiera conocía la palabra adios. 
Donde cada vez que lo tocaba me sentía más segura…
Donde juraba que a nada le temía, que siempre me esperaría y que nuestro amor nunca acabaría.

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